Anoche, gracias a la ayuda de sus vecinos una persona de nuestro pueblo fue trasladada de urgencia al Sanatorio 7 de Marzo con un pico de presión. Gracias a Dios pudo recuperarse. ¿Cuántas personas más lo podrán hacer? ¿Cuántos tendremos la suerte de llegar a tiempo?
Urgente necesitamos adecuar el servicio prestado por nuestro S.A.M.co. local a las demandas y necesidades insatisfechas en materia de salud de nuestra población.
Con el fin de cumplimentar este objetivo debemos trabajar eficientemente para lograr compensar, fundamentalmente, la desigualdad territorial. A pesar de que vivimos a 45 kilómetros de la capital provincial, respecto al servicio de salud, estamos demasiado lejos de acceder a una cobertura integral y de calidad que nos permitan satisfacer esas necesidades y demandas.
La salud es un derecho humano, es el Estado quien debe asegurar a la ciudadanía su ejercicio, garantizando este derecho a todos sus habitantes.
Es necesario esforzarnos para garantizar también, a partir del desarrollo estratégico de un programa de Atención Primaria de la Salud, la asistencia integral (promoción, prevención, asistencia y rehabilitación) para todos los que habitamos Estación Matilde. Luego, según la complejidad de cada caso, derivar al paciente a los demás niveles de atención realizando el respectivo seguimiento.
El sistema de salud de nuestro pueblo se ha descuidado, ha dejado de ser, precisamente, un sistema.
El S.A.M.co. local debe permanecer abierto, funcionando y brindando todos sus servicios el tiempo que corresponde. Ya no podemos aceptar contar con un médico solamente 10 horas por semana, dos horas por día de lunes a viernes.
Me pregunto cuantas desgracias podríamos haber evitado si tuviésemos un sistema de salud acorde a las necesidades de nuestra población. Cuantas desgracias podríamos habernos evitado si nos hubiésemos preparados para la urgencia y la eventualidad el resto de las 158 horas por semana que estamos sin médico, sin “sistema” de salud.
Lamentablemente se priorizó la compra de un auto antes de adquirir el equipamiento necesario para transformar la unidad de traslado, mal llamada ambulancia, “que solo cuenta con oxígeno para la asistencia del paciente trasladado”. ¿Debemos venderlo y destinar el dinero al equipamiento básico de la unidad de traslado?
Nuestro pueblo es visitado por turistas durante todo el año. Como vamos a actuar cuando una abeja pique a un turista alérgico, cuando un chico se golpee.
Con el S.A.M.co cerrado no tenemos ni médico, ni enfermera, ni siquiera acceso a un decadrón, no contamos con un suero antiofídico. En ese caso ¿Tendremos que pagar el juicio los vecinos?
Se nos quiere hacer creer que nuestro pueblo es demasiado chico, “que no hay gente” para tener una farmacia, un médico.
El promedio en la Argentina es de un médico cada 333 personas, un nivel que triplica al de Chile, donde hay un médico cada 909 habitantes y supera con holgura el de Brasil, que tiene uno cada 787. Además, la disponibilidad de profesionales en la Argentina supera a la del Reino Unido (610 habitantes por médico), Japón (518) y Canadá (437), e iguala a los Estados Unidos (358) y Francia (330). Los datos surgen de la estadística oficial y del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En oposición, según un trabajo preparado por el Grupo OSDE, "en la Argentina hay el doble de médicos de los que se necesitan y sólo el 38 por ciento de las enfermeras requeridas". ¡Qué paradoja! En nuestro pueblo vive una enfermera profesional (próximamente Licenciada en Enfermería), pero, aunque sobran médicos, aquí no contamos con sus servicios, aunque faltan enfermeras, aquí tenemos una.
Respecto al consumo de medicamentos, nuestro pueblo gasta en ellos $ 760.222 por año (Fuente: Asociación Médica Argentina). No es verdad que ninguna farmacia quiera instalarse en nuestro pueblo, no es verdad que “no le den los números”.
Si así fuera, cómo se explica que la localidad de Gessler tenga, no una, sino dos farmacias.
Evidentemente falta compromiso y responsabilidad de aquellos que debieran, por sobre todas las cosas, cuidarnos.
En pleno siglo XXI para acceder a un medicamento, los habitantes de Estación Matilde, debemos trasladarnos 12 kilómetros y esa es una situación que no podemos tolerar más.
Desde la comuna trabajaremos hasta el cansancio para que Estación Matilde vuelva a tener su farmacia, vuelva a tener un médico, que además de médico o farmacéutico sea vecino, sea nuestro amigo. Esta será una de las prioridades para los próximos dos años.
Para alcanzar estos objetivos nos corresponde crear las condiciones básicas y elementales. Será nuestra comuna, como representante de la voluntad de sus vecinos, la que articulará todos los medios y recursos a los fines de solucionar, con responsabilidad, los inconvenientes que se nos presenten.
